El descubrimiento del nuevo mundo despertó innumerables inquietudes y preguntas entre la humanidad europea, al punto que para muchos después de la creación del mundo con excepción de la muerte y la encarnación, uno de los acontecimientos más relevantes ha sido el hallazgo de las tierras americanas. Para la visión europea dicha hazaña colombina atrajo consecuencias ideológicas de gran extensión, por un lado, el conocimiento geográfico se amplía debido a la suma de tierras y mares que dan como resultado un mundo más grande y complejo.
Todo lo anterior
involucró un medio por el cual, el proceso de colonización del nuevo mundo
facilito el perfeccionamiento del mundo antiguo, de manera que todo el sentido
europeo como la cultura, las formas de pensamiento filosófico, las
cosmovisiones, la religión, las leyes, la ética, entre muchas más, fueron
impuestas sobre las tierras halladas sin ningún tipo de negociación,
permitiendo que todo lo desarrollado en América consistiera en una ardua
reproducción de lo que se implementaba en España y Portugal.
A pesar de esto no todo
puede girar sobre una perspectiva negativa, por el contrario, uno de los
aspectos positivos desarrollados fue el avance educativo por medio de la
construcción de universidades y centros de cultura que trasladaban todas las
características del viejo continente, permitiendo un saber más amplio; otro
aspecto fundamental lo constituyó la evangelización de los pueblos, donde según
lo expone Gregorio Smutko nunca consistió en un proceso violento por el
contrario, reflejó la invitación de Cristo a fijar las miradas hacia él,
acontecimiento que favoreció que muchos de los intelectuales y religiosos se
plantearan la legitimidad de la conquista desde un punto de necesidad para
logar todos los avances que hoy por hoy se gozan, por ello se ideó la
legitimidad del dominio político de España, la licitud o ilicitud de la guerra
contra los indios y la naturaleza del indio, y el justo régimen en que tenían
que vivir los indígenas.
Este tema siempre va ser
fundamento de discusión, ya que para muchos gracias a los acontecimientos de
descubrimiento, conquista y colonización, hoy gozamos de las favorables
condiciones actuales, mientras otros intuyen estos periodos, como los más
nefastos e inhumanos de la historia. En esta misma línea se implementó la Junta
de Valladolid como medio por el cual las bases teológicas justificaban los
medios desarrollados hasta entonces, dígase descubrimientos conquistas y la población
de las indias, de manera que la Junta dirigió toda su concentración en definir
el derecho a la libertad y a la propiedad de los indígenas en cuanto seres
racionales, así como el derecho a abrazar el cristianismo, que debía ser predicado pacíficamente.
Un dato curioso e
importante de destacar fue la posición de la Iglesia con respecto a los
aborígenes, mismos que fueron considerados como seres humanos con alma, libres
de ser salvajes susceptibles con necesidad de ser domesticados como animales;
esto según la perspectiva del Papa Paulo III en la bula Sublimus Deus.
El sentido filosófico en
la época colonial consistió en un proceso evolutivo donde en primera instancia
se centraba la intención de los españoles por fundar y erigir tanto
universidades como centros de formación superior, hechos que impulsaron el
surgimiento de grandes universidades fundadas por congregaciones religiosas con
el interés de educar a los españoles que llegaban a América, a los criollos y a
los nativos de la clase alta, para poder ir creando una conciencia nacional más
arraigada.
Marvin, tal como lo indicas, la Iglesia fue la primera en salir en defensa de las tribus autóctonas, donde es necesario decir que no se puede decir que la evangelización haya sido un proceso violento, como si fue la colonización; aunque algunos encomenderos usaban la fe como refugio de sus propias ideas, los misioneros no tuvieron el mismo proceder.
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